Desde hace tiempo sabemos que el frio puede ocasionar momentos incómodos. Afortunadamente existen soluciones que nos permitirán evitar estos inconvenientes. Esto se puede lograr haciendo los arreglos respectivos para el invierno.
Habrá propietarios que acondicionen sus ventanas, recojan leña y tomen numerosas previsiones propias de la época de invierno. Sin embargo no podemos hacernos de la vista gorda con el mantenimiento de las cerraduras.
Pueda que muchos dueños no hayan atravesado la situación de quedar rezagados fuera de casa en la época invernal, momento en el que el frío llega hasta los huesos. Claro que hay personas que atraviesan desgracias peores, eso seguro.
La humedad y el frio, si no se presta atención suficiente, son agentes que pueden congelar tus cerraduras; y en caso de que intentes abrir la puerta bruscamente, puedes correr el riesgo de romper la cerrada o la llave. Esto ocurre en casas, coches, candados y bombines.
En el momento que llegan los días de frío, los clientes empiezan a llamar a profesionales de la cerrajería con quejas de que sus llaves se rompen, o que sus cerraduras son impenetrables. Todos estos acontecimientos se pueden evitar, con tareas que prolonguen la vida útil de tus cerraduras.
Las cerraduras se congelan
Las cerraduras congeladas son comunes en el invierno; primeramente por que el frío hace que los materiales se vuelvan frágiles, de modo que las llaves corran el riesgo de romperse fácilmente y las cerraduras se bloqueen. Cuando la llave no gira, esa es claramente una mala señal.
A pesar de que este problema es propio de cerraduras y candados, no significa que los bombines estén libres, a raíz de la complejidad de los componentes que hacen funcionar a estos dispositivos.
Las cerraduras se congelan a causa de la humedad del aire, ya que éste puede llegar a temperaturas tan bajas que fácilmente congelan a dicha cerradura. Para evitar su congelamiento debemos protegerlas impidiendo el paso de agua o nieve hacia el interior.
Con los coches que descansan fuera de los garajes, la tarea será complicada más no imposible. Y es que generalmente se consiguen bloqueadores para la propia cerradura, que se deben cambiar cada cierto tiempo en caso de ruptura. Quienes disponen de garaje, pueden estar tranquilos.
Proteja sus cerraduras de las precipitaciones
Para mantener a raya la humedad es importante tener en cuenta el resguardo de las cerraduras, ya sea por efecto de la lluvia, aguanieve o la nieve misma. Si el agua se introduce en el bombín, tu cerradura se encuentra expuesta a la congelación.
Existen cerraduras de coches que disponen de protección contra el polvo, bloqueando de esta manera el paso directo de la suciedad, protegiendo a su vez al bombín de la lluvia. Si la cerradura del coche se rompe, se reemplaza entonces por una que sea nueva.
Estas normas son propicias para los coches antiguos, ya que en muchos casos los coches nuevos se abren con mandos a distancia, con lo que se evita de cierto modo que las puertas de coches se bloqueen.
Las lluvias frías son propias del invierno; y es por esta razón que debes ser consciente que tu cerradura tenga contacto o no con el exterior. En este caso las cerraduras son las que llevan la peor parte, sufriendo los embates del clima que provocan su debilitamiento y corrosión.
Por este motivo debes proteger tus bombines y cerraduras, de manera que no se deterioren por efecto del frío del invierno. Son piezas de suma importancia, pues a través de ellas se introducen las llaves, por lo que debes permanecer atento ante posibles daños.
Una vez que tomes consciencia de proteger el bombín del frío, difícilmente éste se desgastará. Invierte tanto como puedas en el momento que llegue el invierno, pues de este modo tu cerradura no se deteriorará en esta época, además de que mantienes a raya a los malhechores.
Mantenimiento con aceite para tus cerraduras
Proteger tus cerraduras es ley una vez que llega el frío. El primer paso que debes seguir es lubricarlas, pues el aceite o grasa forma una capa protectora que cubre las partes metálicas, con lo que evitas que la humedad sobrepase y congele las piezas móviles de la cerradura.
Una cerradura lubricada es una meta que debes cumplir una vez que llega el invierno, pues aunque se forme hielo en el interior del dispositivo, éste se puede utilizar sin problemas.
Las puertas exteriores de tu casa o negocio deben lubricarse al menos tres veces al año. Esto significa que este paso se sigue mucho antes de que llegue el invierno, durante las heladas y en primavera. En caso de que la puerta sea muy transitada, se debe lubricar con aceite una vez al mes.
Ten presente la elección de un buen aceite que lubrique las cerraduras. Evita aceites o grasas que no estén avaladas por expertos, pues no se sabe con exactitud de qué forma actúan. A pesar de que el aceite de oliva es bueno para la salud, no implica que debas aplicarlo en tu cerradura.
Si se producen bloqueos por esta causa, utiliza solamente aceites especiales. Es posible que de aplicar aceites no recomendados, tengas que lavar los bombines u otros componentes de la cerradura.
Evitar que acumule suciedad
Frenar la acumulación de sucio es crucial para prolongar el funcionamiento de tus cerraduras. La suciedad se cuela en los espacios de la cerradura por pequeños que sean, y de manera progresiva. Una cerradura limpia es posible siempre y cuando permanezcamos atentos a su limpieza.
En el momento de limpiar el interior y exterior de tus cerraduras, pueda que tengas oportunidad de cambiar todo lo que sea necesario en todo el sistema de cierre. Todas estas labores forman parte de lo que se conoce como mantenimiento de las cerraduras.
Realiza cualquiera de estas labores de manera regular, pues de esta forma verás cómo se mantiene la cerradura funcionando por mucho tiempo.
Una cerradura limpia es sinónimo de que todos sus mecanismos trabajan correctamente. Esto significa que los componentes de la misma no se romperán ni atascarán, y las estaciones del año no serán un factor que afecte el funcionamiento de la cerradura.
Por este motivo te recomendamos que destines una buena parte de tus ingresos mensuales para que un cerrajero realice el mantenimiento de tus cerraduras, a fin de garantizarles un buen funcionamiento por mucho tiempo.
¿Qué hacer cuando la cerradura ya se ha congelado?
Ahora bien, si no atacamos a tiempo el problema de congelamiento, podemos contemplar la posibilidad de comprar aceite para deshielo en cerraduras. Este aceite es una sustancia que disuelve el hielo, muy a pesar de que el hielo parezca una barrera impenetrable.
Este aceite no sólo derrite el hielo; también expulsa la humedad fuera del bombín, además de cumplir la labor de lubricar todos los mecanismos que componen la cerradura. Si no tienes claro qué marca de aceite comprar, pide a un cerrajero que te asesore al respecto.
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